En el pequeño pueblo de Biniagual, en medio de la zona vinícola de Binissalem, se alza esta casa proyectada por Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo para una pareja de mallorquines y sus numerosos animales. La vivienda se ubica en una parcela rústica de 35.000 metros rodeada de viñas con bonitas vistas al campo y la montaña. 

El cliente pidió una casa de estilo rústico, pero también muy contemporánea y conectada con el entorno. La solución adoptada fue desarrollar la construcción en una sola planta, lo que aporta una horizontalidad coherente con el tamaño de la parcela. El diseño está pensado para que todas las estancias tengan las mejores vistas y una relación directa con el exterior tanto en la fachada principal como en la posterior, lo que a su vez facilita la ventilación cruzada para refrescar los espacios en la época de más calor.

El estilo de la vivienda lo marca la estricta normativa en suelo rústico. Conceptualmente, se trata de una secuencia de muros paralelos de piedra recuperada de la misma parcela que van dividiendo las diferentes estancias. El entrevigado del porche está compuesto de cañizo, contrastando con las vigas pintadas de color blanco, aportando un aire fresco y cálido de estilo mediterráneo. El exterior está realizado en tonos ocres y piedra seca local, la cual se utiliza puntualmente en el interior. También se han utilizado pavimentos porcelánicos de color gris claro que imitan la piedra caliza.